¿QUÉ ES MINDFULNESS?

La conciencia plena -o mindfulness como ahora se le conoce más ampliamente- es una práctica milenaria de meditación, descrita en los textos del budismo antiguo. Consiste en prestar atención a las sensaciones que surgen en los sentidos, en particular el cuerpo y la respiración, las emociones y los estados mentales, los sonidos, y los pensamientos- mientras sostienes una actitud receptiva, sin juicios, mientras desistes de cualquier reacción automática que surja.

Si bien es una descripción sencilla, para muchas personas resulta un tanto difícil al inicio porque la atención es llevada sin darte cuenta a los pensamientos automáticos que surgen, desconectándote de los sentidos. Durante la práctica cada que surgen pensamientos -que es normal- te das cuenta que surgieron, y sin añadirles nada ni meterte en sus temas los dejas ir y continúas cultivando la conciencia plena.

¿QUÉ TRABAJA ESTA PRÁCTICA?
La angustia, la ansiedad, la desesperanza, la tristeza crónica, la depresión, o la irritabilidad y la frustración habitual surgen cuando la mente se vuelve rígida o caótica al estar dominada por patrones mentales repetitivos impulsados por emociones no reguladas. La mente se ciega, las emociones no son guiadas con inteligencia, el cuerpo padece el estrés, perdemos la capacidad de encontrar soluciones eficaces que generen bienestar en nuestros contextos. El sufrimiento que surge es la señal de que la energía no está siendo usada para tu beneficio.

Esto ocurre prácticamente con todas las personas en mayor o menos medida porque nuestros patrones de pensamiento, emoción y reacción se establecen en temprana edad, cuando aún no teníamos suficientemente desarrolladas las partes del cerebro que organizan y regulan las emociones y las reacciones de huir, agredir o paralizarte. Las mismas experiencias dolorosas o de desconexión que tenemos durante la infancia se enredan con los mecanismos de defensa cuya función es defendernos de peligros físicos y se vuelven maneras habituales de responder cuando las cosas no salen como esperábamos. El resultado es que nuestros mecanismos de defensa se vuelven hipersensibles ante muchísimos eventos (incluso pensamientos) donde no son necesarios ni eficaces para crear bienestar y conexión. En resumen, nuestra psicología es manejada principalmente por nuestros mecanismos de defensa y sobrevivencia, y no por las funciones elevadas ejecutivas del cerebro.

¿CÓMO OPERA LA CONCIENCIA PLENA?
La conciencia plena, mindfulness, conecta regiones del cerebro que aclaran la mente, despiertan inteligencias, disipan el estrés. De hecho, te devuelve la flexibilidad para reinventarte.

A través de una práctica regular comenzarás a volverte mucho más consciente de lo que hace tu mente momento a momento, desarrollando metaconciencia: la facultad de ver lo que está haciendo tu propia mente momento a momento cada vez con más profundidad. A través de la metaconciencia aprenderás a descubrir los patrones de tensión psicofísica, emociones, reacciones y pensamientos automáticos. Al recibirlos conscientemente sin juzgarlos ni reaccionar contra ellos, sin alimentarlos, se irán disolviendo a medida que la corteza prefrontal del cerebro genera regulación.

Con la práctica la metaconciencia se irá volviendo robusta facilitando cambios importantes en el cerebro y la mente que despiertan y nutren funciones, facultades e inteligencias que estaban previamente subactivadas. Esto es visible en estudios de resonancia magnética funcional y SPECT del cerebro de meditadores.

¿QUÉ APLICACIONES TIENE?
Hay mucha investigación científica actual que ayuda a entender porqué es tan efectiva. Se usa cada vez más en Europa y Estados Unidos, tanto por su efecto en la salud mental y física, como por su aspecto ético y la potenciación de la creatividad.

La mente humana puede producir sufrimiento innecesario. También tiene una increíble capacidad de producir bienestar. Hay que despertarla. Vale la pena. Mindfulness es una práctica directa y eficiente para despertar la mente. (Ver meditación guiada de conciencia plena)