MEDITACION PARA LA VIDA

MINDFULNESS - COMPASIÓN

CERRANDO CICLOS CON MINDFULNESS Y COMPASÍON

Un taller especial de fin de año enfocando en prácticas que nos permitan concluir los temas y  eventos del año, despejando así la mente de asuntos del pasado.  Los años son ciclos arbitrarios establecidos por el ser humano para organizar la vida, sin embargo con frecuencia los podemos experimentar como estructuras que se llenan de  recuerdos y asuntos, algunos de ellos incompletos, otros dolorosos. Hacer un repaso sistemático del año y cerrar intencionalmente los ciclos que se hayan quedado incompletos o  abiertos y sea ya apropiado cerrarlos es como hacer una limpieza general de tu casa, o preparar el terreno para la siguiente siembra. Prácticas de conciencia plena y compasión (recapitulación, perdón, gratitud, autocompasión, compasión). Terminaremos con un pequeño ritual

  • PRIMERA SEMANA
    • INTRO AL TALLER

      CERRANDO CICLOS 2019

      Es parte de la condición humana la tendencia a que los eventos emocionalmente intensos del pasado nos marquen y condicionen e influyan de manera determinante en la manera en que entendemos el presente, y en nuestras emociones y respuestas a lo que surge en el ahora.

      Podemos andar cargando el pasado de muchas maneras, tanto explícita como implícitamente. Explícitamente es cuando vemos nuestros propios pensamientos volver una y otra vez al pasado, rumiando lo que ocurrió, sobre todo eventos donde experimentamos emociones intensas negativas. Implícitamente es cuando esto ocurre no como un proceso de pensamientos de los cuales podemos volvernos conscientes, sino por la impronta de los eventos intensos a niveles más profundos de la mente y el cerebro.

      La experiencia de andar cargando el pasado es una sensación general de intranquilidad o tensión emocional constante, así como de limitaciones importantes en nuestra capacidad de responder creativamente a las situaciones nuevas de la vida. Cuando el pasado sigue activo en nosotros se convierte en reacciones automáticas a eventos del presente.

      En este taller de fin de año trabajaremos con diferentes prácticas en clase y fuera de clase para dejar el pasado en el pasado y reducir el condicionamiento e inercia de los asuntos emocionalmente intensos. Enfocamos en completar los asuntos incompletos y desactivar el pasado reciente -este año- pero también podemos trabajar en asuntos o eventos más antiguos.

    • CERRAR ASUNTOS INCOMPLETOS DEL PASADO

      La primera semana del taller Cerrando Ciclos lo enfocamos en detectar y trabajar en soltar asuntos incompletos del pasado, específicamente eventos donde experimentamos emociones intensas, y que nos marcaron, y aún andan rondando la mente.

      Las meditaciones de la semana son: Recapitulación, y Conciencia del ahora (en contraste con el tiempo y lugar imaginarios creados por los pensamientos). Además durante la semana lleva un diario para ir detectando eventos incompletos para trabajarlos en la práctica de recapitulación.

      Te sugiero alternar las prácticas de recapitulación y conciencia del ahora durante la semana.

    • RECAPITULACIÓN AUDIO DE MEDITACIÓN
    • DIARIO PARA CERRANDO CICLOS

      Además de las prácticas de meditación, te sugiero aplicarte, en lo posible, con las siguientes tareas:

      1. DIARIO PARA CERRAR CICLOS. Comienza a crear un diario en el cual vayas apuntando los asuntos incompletos que descubras que rondan tu mente. Cada semana te sugeriré una tarea para tu diario.

      Esta semana detecta eventos que ocurrieron donde experimentaste emociones intensas. Pueden ser recientes -este año- o más antiguos. Asuntos que desees completar, soltar, concluir, que aún andan pesando en tu psique. Solamente apunta unas cuantas palabras que te ayuden a saber de qué evento se trata.

      Lo que apuntes en este diario trabájalo en la práctica de Recapitulación por la duración de este taller.

    • RECAPITULACIÓN: GUIÓN DE LA PRÁCTICA
    • TAREAS DE LA SEMANA


      Esta primera semana del taller Cerrando Ciclos nos tocan tres tareas:

      1. Practicar meditación:

      Esta semana alterna la práctica de recapitulación, con la práctica de conciencia del ahora.
      Para la de recapitulación utiliza el audio o con el guión, si lo puedes hacer sin audio de guía. Te sugiero hacerla por lo menos dos veces la de recapitulación y dos veces la del ahora antes de la siguiente sesión del taller. Si no te es posible por lo menos haz las de recapitulación.

      Lleva un diario durante el taller, donde vayas apuntando los asuntos incompletos que ir recapitulando.


      2. Observa en la vida cotidiana cuando te enganchas con algo que genera emociones aflictivas. Date cuenta al momento y simplemente dite a ti mismo: “a esto es engancharse” . Usa exactamente esta frase. No uses juicios hacia ti. Entonces deja de darle “una segunda neurona” a lo que pasó.

      3. Aligerar tu mundo material. Revisa closets, cajones, archiveros, despensas, habitaciones, etc… y empieza a deshacerte de las cosas que ya no usas. Recuerda que ocupan un lugar -y energía- mental. No tienes energía ilimitada. Todo aquello que hace un año que no usas lo más probable es que nunca lo vas a usar. Regala las cosas, o vende lo que puedas si quieres, o de plano dáselos al de la basura o al de los refrigeradoras.. estufas… o algo de fierro viejo que venda…

  • SEGUNDA SEMANA
    • SOBRE LA PRÁCTICA DE PERDONAR

      Sobre la práctica de perdonar

      Quitarte la culpa
      La práctica del perdón tiene como propósito disculparte. O sea quitarte la culpa, no generar más culpa. El ambiente mental en el cual perdonamos y pedimos perdón es uno ausente de juicios hacia nosotros y hacia otros, así como una total aceptación amable de ti mismo y de las otras personas.

      Una mirada compasiva
      El perdón se basa en una mirada compasiva hacia la vida. La mirada compasiva no es justificación ni es juicio, es comprensión de la naturaleza humana: hacemos lo que creemos que es necesario para ser felices (aunque produzca a veces lo contrario), y actuamos condicionados por nuestro pasado y por los contextos que son parte integral de las condiciones que nos llevan a actuar. Por eso no nos juzgamos ni juzgamos a otros: están haciendo lo que creen que hay que hacer para ser felices. Perdón es, entonces, una mirada compasiva hacia la vida que te permite trascender el pasado y emanciparte gradualmente de los condicionamientos de este pasado. Perdonar no quiere decir aprobar las acciones de otros sino entender sus causas.

      La causalidad compartida
      La mirada compasiva también te permite ver que todos los contextos y las acciones surgen de múltiples condiciones que que no puedes separar y aislar de los eventos. Las causas de de las cosas son múltiples, siendo cada evento el producto compartido de las acciones y omisiones de muchas personas.

      Pedir perdón desde esta óptica es un acto de amor hacia todos, y una disculpa hacia todos (o sea retirarles la culpa a todos): al mismo tiempo que una valoración de los seres humanos en esto. Si lo que surge de pedir perdón es culpa y más sufrimiento probablemente no viene del amor, sino del desamor.

      Soltar el pasado para contactar tus valores
      La práctica del perdón tiene como propósito emanciparte del pasado y responder al presente a partir de tus valores y tus sabidurías, y así proveer condiciones poderosas para un futuro. La lógica del perdón como un medio para empoderar tus valores es difícil de ver si estás habituado a que pensar que el juicio y el castigo son el medio para aprender y generar acciones benéficas para ti y para otros. Sin embargo no es así, hay muchos estudios al respecto y seguramente tú mismo lo puedes constatar: juzgar y castigar no es la mejor fuente de motivación para generar acciones mutuamente benéficas, pues las acciones hechas desde el castigo y el juicio tienden a venir asociadas al temor inconsciente de ser juzgado y separado del grupo. Cuando actuamos desde el temor de ser exiliados del grupo no actuamos desde nuestros valores sino desde el miedo al aislamiento y la infamia.

      Las tres caras del perdón
      La práctica de perdonar tiene tres caras: perdonar a otros, pedir perdón (u ofrecer disculpas), y perdonarte a ti mismo. Una práctica completa y equilibrada del perdón requiere las tres partes.

      Perdón como proceso.
      El perdón es un proceso que toma tiempo. La mente y el cerebro son altamente condicionales, es decir todo aquello que repetimos y conlleva conciencia, emociones, energía y pensamientos tiende a aprenderse. Y mientras más lo hemos repasado más profundo es el aprendizaje. El aprendizaje es como un surco en la tierra. Cuando llueve por ahí se tiende a canalizar el agua. Cuando el agua ha pasado por ahí se vuelve más profundo y por consiguiente puede llevar mucha agua y es el camino favorito y conocido del agua. Para cambiar por donde se va el agua tienes que crear otro surco y repasarlo muchas veces para que se haga profundo. Y cada que salga el agua (que son sensaciones, emociones, intenciones, pensamientos) la diriges hacia el nuevo surco: el perdón. Con el tiempo el nuevo surco se hará el camino principal del agua.

      Factores que influyen.
      Dependiendo qué tan profundo sea el resentimiento o dolor y a qué edad ocurrió el evento, qué tan intenso fue, cuánto se repitió, y cuánta energía ha acumulado con el tiempo, puede tomar más o menos tiempo. La sugerencia es que hagas la práctica del perdón de manera disciplinada como quien está aprendiendo a tocar la flauta o el piano, o a pintar: diario es lo mejor.
      El cerebro acelera los procesos de aprendizaje cuando la repetición es diaria. Sugiero que durante algunas semanas trabajes el perdón si es posible todos los días, o por lo menos 4 veces por semana durante un mes, lo puedes hacer en prácticas cortas, de unos 10 minutos o más. Después de eso es bueno regresar a la práctica cada cierto tiempo para asegurarte que en el horizonte de tu pasado se han limado las asperezas y la energía se está yendo por nuevo surco.

      Casos traumáticos fuertes.
      Ahora bien, en el caso de eventos traumáticos fuertes, sobre todo aquellos relacionados con abuso físico o sexual, o castigos extremos sufridos en la infancia a manos de padres, tutores o familiares, es posible que la práctica del perdón no sea apropiada cuando comienzas el camino de perdonar. Es mejor comenzar con eventos menos determinantes y dolorosos, y hacerlo diario. Practicar las tres caras del perdón es crucial para poder acceder a perdonar asuntos más dolorosos. Aún así algunos eventos de la infancia y adolescencia pueden haberse constituido en fuerte trauma, por lo cual primero requerirás trabajar a nivel de estrés postraumático, involucrando, mucho más al cuerpo en el proceso de regular y “resetear” el temor del pasado. Actualmente hay aproximaciones muy eficaces basadas en conciencia del cuerpo para el tratamiento del estrés postraumático, como el TRE (Trauma release exercises), o MDER (Eye movement desensitization and reprocessing). También las prácticas de midnfulness de conciencia plena del cuerpo, realizadas desde amor incondicional ayudan mucho a sanar de traumas fuertes.

    • PRACTICAS DE LA SEMANA (AUDIOS)
    • PRACTICA DEL PERDÓN (GUIÓN PDF)
    • PRÁCTICAS EN LA VIDA COTIDIANA

      PRÁCTICAS EN LA VIDA COTIDIANA

      1. Subrayar las experiencias positivas.
      Todos los días proponte mantenerte consciente de las cosas positivas que ocurren, ya sea a ti personalmente o a tu alrededor o en noticias. Tendemos a poner mucho más énfasis en lo malo o negativo, lo cual hace que nuestro sistema del estrés esté sobre activado y generando mucha reactividad y tensión. Se trata de incrementar la conciencia de aquello que celebras o te parece positivo. Simplemente notarlo y decir mentalmente: “qué bueno que pase esto…” O palabras similares.

      2. Perdonar pronto. Observa en tu pensamientos y en tus conversaciones si surgen resentimientos o recriminaciones. Toma nota y lo más pronto posible haz práctica del perdón. Puedes incluso hacerla sobre la marcha. Mentalmente decirte…. por tal cosa, te perdono… o me perdono, u ofrezco disculpas; según sea el caso.

  • TERCERA SEMANA